Esta semana el presidente Boric ha retomado su discurso anti israelí renovando sus acusaciones de genocidio y barbarie, y declarando lo que todos ya sabíamos, el embajador de Chile no vuelve a Israel hasta que finalice la guerra de Gaza.
Y bueno, nada nuevo hay en todo esto, fuera de que se sinceró y dejó totalmente claro que el canciller Van Kleveren es parte de cada etapa de esta estrategia, pero si es que algún inocente, como yo, pensó que Van Kleveren era la persona coherente de la cancillería, pues no, no lo era. Al menos eso es lo que sostiene Boric.
Desde el 7 de octubre uno de los debates más interesantes y desgarradores dentro del mundo de la seguridad israelí, es lo que se ha dado en llamar “La concepción”, haciendo simple una explicación compleja, “La concepción” son todas aquellas interpretaciones de los datos , que ya instaladas como verdad, no nos permitieron ver los hechos que daban indicaciones clara de que ocurriría la masacre del 7 de octubre.
El pez no sabe que nada en un acuario, en palabras de un filósofo chino. El hombre no ve el ambiente cultural en el que se enmarca su vida.
Boric , y su sector, son victimas de otro tipo de concepción.
Resulta insondable para los analistas políticos chilenos entender cómo, no importa qué pase, aún en los fracasos más rotundos y en las volteretas políticas más increíbles del presidente y su gobierno, su base de apoyo no varía. Hay un 30 por ciento de Chile que no importan los datos que de la realidad va a apoyar a Boric incondicionalmente. Son prisioneros de una concepción determinada de la realidad, de una lectura que siempre terminara en la misma conclusión.
Tiran la flecha contra el objetico, pero antes de tirar la flecha dibujan el objetivo.
Un ejemplo cercano de esto fue el affaire Bullrich, cuando ante la mención de la ministra argentina de que en Chile hay presencia de Hezbola, el mismo presidente de la república sale a su paso con una violencia inusitada, negando esto y pidiendo que se disculpen con Chile.
Cualquier persona que entienda un poco del tema sabe que en Chile hay presencia de Hezbolá, sólo un ignorante o un loco, o el presidente Boric, que es las dos cosas, puede negarlo. Pero no sólo lo negó él sino también una persona, presumiblemente, más sensata como la Ministra Tohá.
La realidad de los hechos apareció y los datos fluyeron de diferentes fuentes para demostrar que el presidente de Chile y La ministra Tohá, y por extensión todo su gobierno, simplemente no ven los hechos, o volviendo a nuestro tema inicial, los ven desde su concepción, o sea, ya cuando los datos los acorralaron reconocieron no el error, sino la interpretación diferente, Hezbola no es un peligro “inminente”, No es ya NO existe, no es NO es verdad, etc etc…sino simplemente los datos no los leen como seria evidente leerlos.
Entonces ahí nos cierra todo el tema de Israel en una frase, Boric y su gobierno, están encerrados en una interpretación maniquea del conflicto del medio oriente, donde Israel es la barbarie y los árabes son las víctimas, y punto. No hay matiz posible que pueda cambiar esa concepción.
Si nos vamos atrás, a los orígenes del movimiento que dio poder a Boric y a su sector, el llamado “estallido social”, veremos que a lo largo de todo el movimiento hay un símbolo que la acompaña constantemente, la causa palestina, sea a través de las kefiot o de las banderas palestinas, lo palestino se hace símbolo propio, se internaliza de tal manera, que se funden indisolublemente a la causa social chilena.
Se blanquea la violencia del terrorismo palestino, como si fuera una fuerza de resistencia y de transformación social anticolonialista
Da lo mismo que no tuvieran NADA que ver uno con el otro y que las minorías sexuales que visten la kefiá en Chile si lo hicieran en los países árabes, donde realmente se usa la kefia ,sería asesinados como aberraciones de lo humano.
Da lo mismo que en palestina una Camila Vallejos sería imposible, porque su idea misma de la mujer lo impide.
Da lo mismo, porque lo que importa es cómo los chilenos interpretaron, o reinterpretaron los símbolos y las narrativas.
En los ojos de este grupo ellos representan el bien, son literalmente los héroes de la película al punto de que la llamada Primera línea literalmente se vistió con capas y escudos y hasta uniformes, ellos encarnaban el valor de la justicia. Son fanáticos en su concepción del mundo, pero todo fanático, necesita una némesis, y si los palestinos son su causa mitológica, pues entonces el sionismo es la némesis.
Da igual que nunca hayan conocido a un israelí, o no sepan ubicar a Israel en el mapa.
Desde el momento que entiendes esto, entonces puedes entender también por qué la hasbará en Chile fracasa rotundamente, simplemente porque partía del presupuesto errado de que es posible cambiar estas concepciones usando argumentos e información.
Las innumerables charlas de Ben Tasgal, que es llevado una y otra vez a Chile, siempre serán interpretadas como un discurso colonialista, siempre, no importa si el Ben Tasgal de turno lo hace bien o mal, el resultado será el mismo, porque la concepción con la que trata de lidiar necesita justo de estos némesis para validarse. Hay un enemigo, ergo ellos están en lo correcto, siempre estarán en lo correcto.
Por eso les cuesta tanto decir que Jadue es un corrupto, o que nunca ha sido un comunista de verdad, que es un chanta y un oportunista, no pueden decirlo porque Jadue es lo palestino, es parte de la simbología que este grupo ha hecho suya. Es pilar de su concepción.
Concluyendo, cuando Boric acusa de barbarie a Israel, lo hace desde un universo donde la verdad no es un ente científico, sino un contenido de conciencia, Boric es la verdad en el universo de Boric. El escribe su guion, en su fantasía donde él es protagonista y héroe.
Hoy, la postura es que habrá que esperar a que termine su periodo, pero tengo malas noticias porque el 30 por ciento que comparte la misma concepción antisemita de Boric no se va a ir a ninguna parte, ni tampoco va a cambiar de postura, ni si quiera se ven a sí mismos como antisemitas.
Pero la realidad tarde o temprano hace colapsar a las concepciones erradas, como trágicamente nos pasó a los israelíes del 7 de octubre. El universo conceptual con que administrábamos el conflicto del medio oriente cambió.
Asimismo, la concepción en la que vive el 30 por ciento de Chile de a poco se va a tropezar con que Jadue si es un corrupto, Boric si es un inepto, y si hay Hezbolá en Chile y son peligrosos no sólo para los judíos, sino para la sociedad toda. El antisemitismo y la expansión del extremismo islámico en Chile son una realidad que crece día a día. Y lo más peligroso es que la gente no lo está viendo.
“El pez nunca descubre que vive en el agua. De hecho, porque vive inmerso en ella, su vida transcurre sin advertir su existencia, de igual forma, cuando una conducta es normalizada por un ambiente cultural dominante, se vuelve invisible.” (M, Foucault)
Hernán López
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