Fotografía conferencia de prensa del anuncio de cierre del Comité Pro Paz, diciembre de 1975, tomada por Martín Hombahuer. Museo de la Memoria y los derechos Humanos

Una de las imágenes más sublimes del encuentro interreligioso chileno la protagonizó el Cardenal Raúl Silva Henríquez junto al Rabino Ángel Kreiman, Z.L., quienes en los momentos más terribles del golpe militar salieron a recorrer los centros de detención para tratar de salvar gente. Armados de valor y fe, se enfrentaron con sus corazones limpios al horror de la dictadura.

 

 

Ellos mismos fueron luego los promotores centrales del Comité Pro paz que sería uno de los primeros baluartes de la defensa de los derechos humanos en Chile, que luego se convertiría en la mítica Vicaría de la Solidaridad.

Quizás sea por eso que la liviana aseveración de Gabriel Ben Tasgal ,en los medios chilenos ,de que una de las causas de que Chile sea antisemita está en que “Chile es un país católico” me pareció obscena.

En el Colegio Hebreo de Viña del Mar, donde estudié, uno de los profesores que más influenció en mi fue el ex jesuita Inocencio Fuentes, este excelso filósofo nos enseño sobre las ideas de Platón, San Agustín y Martin Buber, con ese rigor que sólo la Compañía de Jesús puede lograr.

Uno de mis mejores amigos de infancia, con el que aprendí a andar en bicicleta en las calles de la Población Gómez Carreño ,en Viña del Mar, seria luego de joven seminarista de una orden católica.

Acompañé a mi propia madre a la misa del gallo en la iglesia de cerro Alegre, en Valparaíso, con el mismo respeto que ella ha mantenido por la fe judía de su esposo y de sus hijos toda la vida

Por años compartí lucha anti dictatorial con compañeros de la democracia cristiana, el Mapu y la izquierda cristiana, todos ellos católicos que siempre me trataron con el más grande respeto como judío y manifestaron, y lo hacen aún hoy,  preocupación inmensa por el destino de mi familia y de Israel

Semanalmente compartimos mensajes con amigo Alejandro Zapico, católico de pura casta, defensor de Israel y de los judíos, hombre valiente y valioso, de ilustres ancestros españoles que defendieron a la península del Islam.

Desde mi aliá a Israel he conocido aquí a infinidad de peregrinos, sacerdotes, monjas y miembros de la Comunidad Chilena de Israel de fe católica, no menos sionistas que cualquier otro israelí.

Es por todo esto que no puedo dejar pasar las palabras de Ben Tasgal . Me imagino que habrá querido referirse a un antisemitismo cultural que supuestamente se asienta en la fe católica, pero por Ds que no entiende este señor la complejidad de la chilenidad.

La inmensa mayoría de los católicos en Chile tienen una visión positiva de los judíos y de Israel, baste fijarse en los parlamentarios que han visitado Israel en los últimos años, y a los, al menos a parte de ellos,  Ben Tasgal ha dado servicios de guía turístico.

Todos estos senadores y diputados son de profunda fe católica, son nuestros amigos y nuestro escudo.

Quiero pedir disculpas, en mi nombre, y en el de todos los israelíes y judíos que piensen como yo, a nuestros amigos católicos.

Asumo que no fue la intención del señor Ben Tasgal insultar a nadie, pero queriéndolo o no lo ha hecho, y eso no está bien.

Cada hombre se enfrenta a su fe y a Ds de forma individual, no soy yo quien, para juzgar a nadie por su credo, pero hay algo que nos une a todos, somos todos hijos de Abraham, y así como hay malos católicos, hay también malos judíos, que no entienden la raíz común que nos une. No voy a negar que existen elementos antisemitas en la cultura chilena, pero eso no te valida para aseverar una brutalidad como la de Ben Tasgal.

Los católicos chilenos son nuestros amigos, nadie puede dudarlo.

Un Rabino y un Cardenal recorren las calles de Santiago, 1973, buscan en medio de la oscuridad rescatar a la humanidad que parece perdida. Católicos y judíos chilenos compartimos un mismo destino y lo haremos de la mano, con coraje y con fe como lo hicieron Raúl y Angel.

 

Hernán López