Por Francisco Salgado

La teoría de la espiral del silencio parte del supuesto básico de que la mayor parte de las personas tienen miedo al aislamiento y, al manifestar sus opiniones, primero tratan de identificar las ideas, para luego sumarse a la opinión mayoritaria o consensuada.

En la universidad me enseñaron alguna vez que el periodista, aparte de comunicar, tiene una característica especial: no es objetivo, pero siempre debe procurar acercarse a la verdad. Si sé, suena extraño, pero realista.
La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social, del año 1977, es un texto basado en una teoría de Ciencias Políticas y comunicación bastante interesante.
La politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann postula que la opinión pública, o sea nosotros, somos una forma de control social, en la que los individuos adaptan su comportamiento a las actitudes predominantes sobre lo que es aceptable y lo que no.
Algunos ya habrán captado para dónde voy, pero antes de seguir analizando, hagamos un poco de memoria.
Europa en la Edad Media, El imperio Ruso desde fines del Siglo XVIII y la Alemania nazi son algunos ejemplos de los “problemas” que han sufrido los judíos a lo largo de la historia, lo que se resume en una palabra: Antisemitismo. Y no es victimización, a los datos históricos me remito.
El sionismo, nacido a fines del siglo XIX, la creación del Estado de Israel y las posteriores guerras, partiendo por la de independencia hasta llegar a la operación Margen Protector de 2014, han sido parte de la lista de conflictos entre árabes e israelíes.
Sin embargo, en los últimos años una guerra más complicada, aunque menos sangrienta, se ha desarrollado a nivel global, y si me lo preguntan, creo que los Israelíes y/o judíos la están perdiendo, por ahora.
Siempre han existido los medios de comunicación, especialmente desde la revolución industrial periódicos, teléfonos y telégrafos hasta lo que hoy conocemos como medios de comunicación masiva, con la televisión y la internet como nuestros principales compañeros abastecedores de información, sea esta verdadera o no, creíble o no.
A mediados de los años ´60, mientras en occidente reinaba el movimiento hippie, en medio-oriente nacía un movimiento político/paramilitar que buscaba la reivindicación de palestina como hogar del pueblo árabe, que hasta la creación del Estado de Israel vivían en esa zona. Entrar en el debate histórico sobre los derechos no es el fin de este texto, más bien dejar en claro que es en este momento en que esa “otra” lucha comienza.
Con distintos nombres, la campaña de desinformación, tergiversaciones, exageraciones, alteraciones de hechos y demonización de Israel por parte de organizaciones propalestinas ha sido una constante. El fin, obviamente, ganar adeptos para su causa.
Si a eso le agregamos el factor Estados Unidos a la ecuación, como complemento “sionista”, entonces tenemos un cuadro donde el débil palestino se defiende del invasor apoyado por el demonio imperialista.
Paradójicamente Rusia, durante su historia, ha tenido más actuaciones imperialistas que estados unidos, pero nadie lo menciona, por el contrario, la mayoría de los propalestinos se alinean con la ideología de allende los Zares.
Es aquí donde los Mass Media han tenido un papel clave en la divulgación de cientos de historias donde el abuso y la barbarie “invasora” son la constante. La imagen de los palestinos se ha fortalecido como la de un pueblo en continuo sufrimiento causado por Israel, con el apoyo de su socio EE.UU.
Claro que, sobre todo en esta parte del mundo, y como muchos de los que conocemos el mundo mediático sabemos, buena parte de las historias no cuentan todo. Así la desinformación, la tergiversación de hechos, exageraciones ó derechamente mentiras palestinas han socavado enormemente la imagen internacional Israelí, sobre todo en este siglo.
En honor a la verdad, en unas cuantas ocasiones no se ha tenido que alterar nada, simplemente algunos israelíes le han hecho un flaco favor a su propia causa. Aprovechando todo lo anterior es que movimientos como BDS tomaron fuerza. El trabajo de desprestigio sirvió de base para que cientos de activistas buscaran aislar, no sólo al estado de Israel, sino a todo lo que tuviera que ver con ellos. Inversiones, adelantos tecnológicos, convenios educacionales, en fin, cualquier cosa que “huela” a israelí.
Después de esto es fácil entender porque la teoría de “La Espiral del Silencio” se hace absolutamente aplicable.
La opinión pública es, para Noelle Neumann, lo que da cohesión a la sociedad. Ella postula que la sociedad amenazará con el aislamiento a cualquiera que exprese posiciones contrarias a las asumidas como mayoritarias, así, el comportamiento del público queda influido por la percepción que se tiene del clima de opinión dominante. Leyendo las redes sociales y los comentarios que suscitan la publicación de informaciones de la zona, esto se hace evidente.
Noelle Neumann puntualiza que la tendencia de la espiral es a enmudecer a quienes prestan o tienen posiciones diferentes a las mayorías (los ataques en redes sociales a quienes defienden la posición isrelí es una muestra), aunque aclara que esto se detiene cuando se encuentra con el “núcleo duro”, aquellos individuos que, por conocimiento y/o raciocinio se reafirman en sus posiciones y opiniones, sin cesar en el empeño de ser escuchados.
En el caso de este conflicto este grupo es pequeño, lo que reafirma la teoría. Pero pueden ocurrir cambios.
Esto se dará en la medida de que el “núcleo duro” gane adeptos, principalmente si las opiniones mayoritarias, acomodadas en el número y no en el argumento, no encuentran tesis para defender sus opiniones, esas opiniones que al ser poco contestadas habían masificado “su” versión.
La teoría de la espiral del silencio parte del supuesto básico de que la mayor parte de las personas tienen miedo al aislamiento y, al manifestar sus opiniones, primero tratan de identificar las ideas, para luego sumarse a la opinión mayoritaria o consensuada. En esta disyuntiva, la principal fuente de información serán los medios de comunicación y estos definirían el clima de opinión sobre los asuntos de que se trate.
Aquí entra a decidir esa máxima periodística de que “si no hay sangre, no es noticia”, y esto lo aprovechan muy bien los que apoyan la causa palestina. Y BDS sabe que es un punto a su favor.
El pasado 29 de noviembre, en Valencia, España, se reunieron representantes de distintas ciudades españolas para aprobar ser “Espacio Libre del Apartheid israelí (ELAI)” y definir cómo llevar a la práctica la adhesión a la campaña que promueve Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel (BDS).
En Chile los ejemplos son innumerables, desde las presiones de Federaciones de Estudiantes Universitarioas para evitar cualquier contacto con instituciones israelíes de cualquier ámbito, hasta intervenciones políticas, todo avalado por la Federación Palestina de Chile, y soportado por la gran colonia árabe-palestina que reside en nuestro país.
En junio de este año el concejo municipal de Valdivia, en el sur de Chile, y por iniciativa de su alcalde Omar Sabat, aprobó una moción para boicotear a Israel y sus inversiones en esa ciudad, demostrando lo avanzada que está la importación del conflicto árabe-israelí en Chile. Claro, medio millón de descendientes árabes palestinos con poder económico y representación política es un detalle a considerar.
Pero esta vez apareció ese Núcleo Duro, representado por la Comunidad Chilena de Israel y otras instituciones, que a través de un recurso legal, presentado ante la Contraloría Chilena y basado en argumentos tan sólidos como la Constitución Chilena, logro revertir esta medida y, de paso, establecer un precedente para cualquier iniciativa de este tipo en las instituciones chilenas.
En Chile el panorama es adverso, pero la comunidad Chilena demostró que se puede hacer algo.
Por otro lado, iniciativas como el Legal Network Initiative, desarrollado en febrero de 2018 en dependencias del congreso israelí, y que tuvo como principal tema el movimiento BDS y cómo enfrentarlo, muestran a las claras que el Núcleo duro está actuando y quiere hacerse notar.
Quizás si todos los interesados comienzan a involucrarse, la Espiral del Silencio pueda revertirse.