Uncle Abe, fue mi vecino mis primeros años en Gezer, un anciano canadiense, muy simpático, y con una historia increíble. Había sido de las fuerzas que liberaron el Kibutz Gezer en 1948. Y siempre me decía, no me cuenten historias de paz con los árabes, ¡yo sé quiénes son!
Abe había visto los cuerpos mutilados de los miembros del kibutz Gezer, abiertos sus vientres y cortadas sus cabezas, estas atrocidades no fueron cometidas por el ejército jordano quien atacó Gezer, sino por una turba árabe que entró al kibutz al retirarse los jordanos, en una orgía de pillaje y barbarie contra los cuerpos ya muertos de los miembros del kibutz.
A esto se refería Uncle Abe, y en esa época no había campos de refugiados, ni Gaza, ni Hamas, ni OLP, ni siquiera palestinos como los entendemos hoy, ellos se veían a si mismos simplemente como árabes.
En esos años, tal como ahora el islam estaba más interesado en un supra estado musulmán que en un estado palestino al modelo ONU. No muy distinto al que proclama la barbarie de Hamas.
Quizás por eso sus métodos de guerra son parecidos. De hecho, muchos de los árabes que Uncle Abe y los suyos expulsarían de este valle llegarían a refugiarse a Gaza y son probablemente los bisabuelos de estas bestias terroristas.
Hay una línea de argumentación pro palestina que explica la barbarie como un subproducto del aislamiento de Gaza, “la cárcel a cielo abierto más grande del mundo”, y etc., etc., etc.
La verdad histórica es que la brutalidad árabe hacia los judíos era preexistente, lo prueban los pogromos de 1920, y la sinergia con los nazis en los años siguientes, ese afán intenso del Mufti de que los nazis controlaran la zona y aplicaran la solución final a los vecinos judíos.
Todo eso era previo a la existencia si quiera de un boceto del estado judío.
Ya en esa época podía verse con nitidez cuales eran las reales intenciones de los árabes.
Todo esto puede resultar inmensamente ajeno a un chileno que vive a 15 mil kilómetros de distancia, pero resulta que no lo es, al contrario, cada vez que se enciende el conflicto en el medio oriente Chile hace un eco casi asimétrico, pero directo en nuestra patria. La causa árabe se enciende con incomprensible potencia, marchas, propaganda, lobis políticos, BDS, pareciera haber un lazo subterráneo entre el medio oriente y Chile
Esta semana ocurrió algo que cambia las reglas del juego, fueron encontrados los restos de una compatriota y su marido, aplastados bajo toneladas de escombros, acribillados, incinerados sus cuerpos a un nivel que era casi imposible reconocerlos. Abrazados en un último gesto de amor, eterno, Loren e Iván se tomaron el corazón del pueblo chileno. O al menos de parte de él.
La otra parte, la pro árabe, insiste en negar las atrocidades cometidas por Hamas o aún justificarlas, de una forma muy similar a lo que hacía la dictadura militar con sus propias atrocidades durante esos años negros de la historia chilena.
Parafraseando a Uncle Abe, no me hablen de paz con los terroristas, ¡¡¡nosotros ya sabemos quiénes son!!!
Nadie en Chile puede negar el derecho de Israel de pelear por su existencia, pelear por recuperar a su secuestrados, pelear por erradicar a los terroristas que generaron toda esta barbarie, pelear por destruir aquellos que balearon e incineraron a nuestra compatriota Loren y asesinaron a otros cuatro compatriotas chilenos.
Que nadie me cuente historias de paz, porque nosotros, todos los chilenos, ¡sabemos ya quiénes son los terroristas de Hamás!
Hernán López
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