Vi las imágenes de tu Brigada en batalla, imágenes que se superponen, balazos van, balazos vienen, corren a rescatar un soldado herido, las caras borrosas por la censura, las voces se amalgaman y trato de discernir si es tu voz, si tu nombre el que gritan , pero no puedo, el corazón se me aprieta. Y al final no, es el hijo de otro padre el que yace en el suelo sin una pierna y es rescatado por un grupo de soldados como tú.

El día que me avisaste entrabas a Gaza me llamaste y te dije algunas palabras de apoyo que me sonaron a mi mismo no las más apropiadas, pero no sabía la verdad que decir, mas que te cuidaras mucho, que volvieras entero, que cumplieras tu misión, que eres mi orgullo y que te amo.

Al final eres sólo un muchachito que haces unos meses ordeñaba vacas en el kibutz, y organizaba fiestas los fines de semana. Un muchacho más de kibutz ,bello y fuerte, lleno de ganas de hacer un servicio militar significativo, como tu lo decías tan poéticamente.

Yo, un viejo crecido en la dictadura militar chilena, poco y nada entiende de estas cosas, pero te apoyo, porque veo el valor esencial que guía tus pasos, te miro con respeto y admiración, a ti y a tu hermana, quien también hace algo similar. Ambos se nutren uno a otro de cariño y apoyo, ambos comparten este universo del patriotismo kibutziano tan antiguo como legendario.

Día a día escucho las listas de muertos y heridos con el corazón apretado esperando que no sea tu nombre ni el de tu amigo Shalev, ni de nadie que yo conozca, al final la pena igual es grande porque esos nombres que no conozco personalmente, finalmente se hacen ,de alguna foma, parte de nosotros.

Recibo de Chile constantemente mensajes de gente preocupada por ti y tu hermana, no se la verdad que decirles , no tengo datos de que haces o no haces y si corres o no peligro, no se nada, es asi la naturaleza de esta guerra. Pero a mis ojos todos los soldados de Israel son uno solo, no son mis hijos biológicos, pero decidieron libremente protegernos en esta guerra justa y ahora son también mi familia.

Leía una carta de la Rectora de la UMCE, muy preocupada por algunos palestinos, desconozco si las personas a las que hace referencia pasaron por las cosas que describe o no. Pero ciertamente la legítima preocupación por esas personas va ligada a una cero preocupación por nosotros, hay implícito en su descargo un sesgo político que a mis ojos la hace irrelevante. No comprende las causas de esta guerra y sólo toma una postura unilateral e ideologizada. Hay gente así en Chile también. Sin ir más lejos el presidente de Chile peca del mismo defecto de forma constante y agresiva.

Pero tengo la certeza que la mayoría de los chilenos entienden, o al menos presienten, la complejidad de esta guerra, y entienden nuestro derecho de existir y protegernos.

Decenas de jóvenes chilenos israelíes participan hoy de la defensa de Israel, jóvenes como tú de chilenos de segunda generación, y otros muchos inmigrantes de primera generación. Son ellos los héroes no conocidos de esta guerra. Jóvenes que dejaron su espacio de comodidad para venir a luchar por su patria ancestral.

Ya vendrán los tiempos en que podamos rescatar la historia de cada uno de ellos, por ahora no es posible mencionar sus nombres y sus tremendos sacrificios. Pero yo no los olvidaré.

Tampoco olvidaré a los cinco muertos chilenos en manos de las hordas salvajes de Hamás el 7 de octubre, no el sufrimiento indescriptible de nuestra secuestrada , Mia.

Tampoco olvidaré a los desplazados de los kibutzim que viven en hoteles y hogares transitorios, del norte y del sur de Chile, refugiados internos de esta guerra cruenta, ellos también son chilenos.

También son chilenos los niños que han corrido por meses a los refugios junto a sus familias, en los interminables bombardeos de misiles de Hamás y hezbolá a Israel.

La vida es así, no es simple, yo crecí en dictadura, tus creces en este ambiente de guerras sin fin. Cada uno con su destino. Quién sabe que nos depare el futuro, pero lo que si se es que no lo esperaremos sentados.

Señora rectora de la UMCE, no la conozco, ni usted a mí, ni a mis hijos, ni a nuestros combatientes, ni nuestra causa, ni a nuestra gente. Siga usted tomando parte por el lado de nuestros enemigos, da igual, es usted irrelevante, porque igual que el presidente Boric, en vez de buscar poder de diálogo, se suman, desde la comodidad de sus poltronas antiguas y republicanas a una causa que es la degradación de los valores de occidente.

Señora rectora de la UMCE siga haciendo la vista gorda al terrorismo islámico, siga abrazada al mantra propagandístico y vacío de los derechos humanos de unos en desmedro de los de otros. Dele con la cantinela.

Mientras tanto mis hijos, y los hijos de otros padres y madres luchan una guerra justa defendiendo la existencia del estado de Israel.

Hernán López