Ariel es un hombre de pasiones, un sionista convencido y un patriota chileno a la vez, así su vida ha transcurrido con  escenas en Chile y otras en Israel, inclusive algunas también en áfrica donde llegó por temas de su trabajo en Israel.

Ariel Markovits Rojas es  ingeniero en construcción de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y vuelve a Chile con el deseo de contribuir con todo su bagaje profesional ,y de vida , a la política chilena .

¿Qué te llevó a asumir el desafío de una precandidatura por Republicanos en Chile?

Asumí este desafío porque siento que estoy en el momento justo de mi vida. Tengo estabilidad económica, una familia sólida, y una historia de vida intensa que me ha preparado para liderar con responsabilidad.

He sido activista pro Israel, he trabajado junto a hermanos evangélicos en defensa de los valores bíblicos y de la verdad en momentos difíciles. Estuve en África, donde enfrenté la crudeza de la pobreza y también vi la dignidad de personas que luchan con lo poco que tienen. En Chile, emprendí, caí, me levanté, y entendí lo que significa sacar adelante una familia con esfuerzo.

Hoy vivo en Israel, pero mi corazón sigue en Chile. Veo cómo mi país se desordena, se entristece, y cómo la gente buena pierde la esperanza. Y no me puedo quedar de brazos cruzados. No vengo a buscar fama ni comodidad. Vengo porque creo que puedo guiar, inspirar, y volver a encender esa llama que el país necesita.

¿Por qué en el Distrito 6?

Porque el Distrito 6 es mi casa de toda la vida. Viví en Quilpué, en Quillota, en La Cruz, y hoy tengo mi residencia en Limache. Es mi zona, mi historia y mi gente.

No necesito que me cuenten cómo es la vida en el interior: la viví desde niño. Fui deportista, karateca, ciclista, tenista, futbolista de fin de semana… recorrí sus cerros, sus barrios, sus ferias. He trabajado como constructor y asesor en obras de casi todas las comunas. Conozco a la gente que se levanta temprano, que trabaja con dignidad y que quiere un Chile mejor para sus hijos.

No vengo a representar a un territorio ajeno. Vengo a cuidar mi propia casa.

¿Cuál es tu vínculo con la zona?

Aunque hoy estoy viviendo en Israel, nunca me he desvinculado del Distrito 6. Sigo trabajando con gente del partido en la zona, en contacto permanente con pastores, dirigentes, amigos, y personas que confían en mí desde hace años. Mi familia está ahí, muchos de mis mejores amigos también, y constantemente compartimos ideas, sueños y desafíos.

No estoy lejos: sigo presente, involucrado, y comprometido con lo que pasa en la zona. Mi vínculo no es solo emocional, es también activo. No he dejado de mirar ni un día hacia allá, porque esa tierra me formó, me dio identidad, y es donde quiero seguir construyendo.

¿Cuál es tu base de apoyo local?

Mi base de apoyo nace de años de trabajo real con las personas. Durante mucho tiempo he estado cercano al mundo evangélico, acompañando, organizando encuentros, orando, defendiendo valores. Los pastores y los hermanos me conocen, me quieren y me respetan. Muchos me consideran una figura transversal, alguien confiable, con quien se puede hablar sin barreras.

Por mi afición al deporte y mi forma de ser —muy social, muy abierto— fui sembrando amistades por todas partes. En ferias, en obras, en clubes deportivos, en reuniones, en los cerros… Fui el vecino cercano, el emprendedor que ayudó y lidero, el jefe que trabajo codo a codo con su equipo de trabajo, el amigo que siempre estuvo disponible cuando alguien necesitaba compañía.

No tengo una base de apoyo inventada para una campaña. Tengo una historia de cariño, de compromiso y de presencia verdadera con la gente que me conoce desde siempre.

¿Qué ideas y proyectos quieres desarrollar en tu distrito?

Lo primero es recuperar la seguridad, apoyando con decisión las reformas que impulsa el Partido Republicano. Sin orden, no hay desarrollo posible. Las familias necesitan vivir sin miedo, y los emprendedores necesitan condiciones claras para trabajar y crecer.

Quiero apoyar con fuerza a los emprendedores, a los independientes, a los que generan empleo desde abajo, no desde el Estado. Por ejemplo, una de mis propuestas es que el IVA se pague al momento del cobro real de la factura, y no antes, como ocurre hoy. Esa medida aliviaría de forma inmediata a miles de pymes en todo el país. Pueden ver más detalles aquí:
👉 https://arielmarkovits.blog/una-reforma-tributaria-justa-pago-del-iva-al-momento-del-cobro-de-la-factura

También quiero impulsar leyes que protejan y valoren a las madres chilenas, especialmente a quienes crían solas. Propongo bonos permanentes por hijo nacido y criado, como símbolo de gratitud y de visión de futuro. Las madres son la base de toda nación. Si no las apoyamos con decisión, estamos hipotecando no solo la economía, sino la moral y la continuidad del país.

Quiero traer al distrito la mejor tecnología agrícola y de seguridad que existe en Israel, para dar soluciones reales en el agro, en el control del agua, en la producción eficiente y en la protección de nuestros campos.

Promoveré la llegada de inversionistas a la zona y una estrategia concreta para generar empleo con rostro humano.

A nivel nacional, impulsaré una lucha efectiva contra toda forma de discriminación, y en especial contra el antisemitismo, que es uno de los cánceres más destructivos que puede enfrentar una sociedad. Donde aparece el odio irracional hacia el pueblo judío, tarde o temprano, todo lo bueno se desmorona.

¿Cómo ves tú el futuro de las relaciones entre Chile e Israel?

Veo una gran oportunidad para Chile, si tenemos la valentía de mirarla con sentido de país, sin ideologías que nos distraigan.

Hoy, Chile sigue siendo el país más confiable de Latinoamérica. Pero muchas veces la ideología mal enfocada nos hace perder exactamente lo que más necesitamos: tecnología, seguridad, innovación, experiencia.

Israel es una potencia en todos esos ámbitos. No necesita casi nada de nosotros: somos un país pequeño, lejano, con un mercado limitado. Y, sin embargo, ha mantenido relaciones respetuosas con Chile por vínculos históricos, valores compartidos y diplomacia.

Si dejamos de lado las divisiones y ponemos a CHILE PRIMERO, podemos construir una relación seria y beneficiosa: atraer inversión, traer tecnología, aprender de su modelo en seguridad, agricultura avanzada, gestión del agua, medicina y educación técnica.

Israel invierte donde ve compromiso y visión. Si mostramos eso, querrán apostar por nosotros.

Por eso, mejorar la relación con Israel no es ideología. Es patriotismo. Es amor verdadero por Chile. Porque todo lo que fortalezca a nuestra nación, debe ser prioridad.

¿Cómo podría beneficiar eso a los habitantes de tu distrito?

En el Distrito 6 hay miles de agricultores, emprendedores, técnicos, trabajadores del campo y de la ciudad que todos los días luchan por salir adelante. Lo que Israel puede aportar en tecnología, seguridad, eficiencia productiva y gestión hídrica puede transformar la realidad de la zona.

La alta tecnología no es solo para países ricos, es una herramienta de justicia económica. Con inversión y capacitación, se puede aplicar en el agro, en las pymes, en los servicios. Eso genera empleo local, mejora la eficiencia, reduce pérdidas, y aumenta las ganancias de quienes producen y exportan. A su vez, eso se traduce en más recursos para el Estado y una clase trabajadora más especializada y mejor remunerada.

Además, hay una oportunidad cultural y espiritual: Israel y el Distrito 6 comparten valores profundos como la familia, el trabajo, la fe y la resiliencia. Fortalecer esos lazos es fortalecer la identidad de nuestra zona.

Por eso, construir una relación estratégica con Israel no es solo política exterior: es una apuesta directa por mejorar la calidad de vida de nuestra gente. Que Dios Bendiga a Chile

 

Hernán López