Siván Gobrín, Rocío Argomedo y Hernán López (Foto de Deborah Rosenberg)

Por segundo año consecutivo la Comunidad Chilena de Israel otorga el premio Jaime Arón, a un chileno o chilena que se ha destacado por su apoyo constante a sus compatriotas en Israel. Este año este reconocimiento cayó sobre Rocío Argomedo, cónsul de Chile en Israel.

La cónsul es quien , dentro de la embajada de Chile, más directamente se vincula con la población permanente y también la flotante de compatriotas en un país, un rol particularmente difícil precisamente por su exposición y la importancia que reviste ,a nivel personal, en la vida de los ciudadanos.

Renovar el pasaporte en una urgencia, lidiar con algún problema en la entrada al país, o gestionar los trámites vinculados a una tragedia son situaciones que cobran particular significado porque se dan en un contexto de tiempo limitado y de gran stress emocional.

Es ahí, en los momentos difíciles donde Rocío se ha destacado por ponerle el hombro a la situación, aún cuando en muchas oportunidades sus atribuciones no son demasiadas, y su opciones escasas,  siempre ha tratado de hacer todo lo humanamente posible por asistir a la gente.

Las críticas suelen ser más visibles que los reconocimientos, fue por eso que nos pareció importante marcar una diferencia y agradecer de forma pública y ponderada, ajena a cualquier coyuntura , la labor silenciosa de nuestra querida cónsul.

El premio en si consiste en una escultura del artista israelí Nihad Dabeet, un árbol de olivo en miniatura enlazado en metales. El olivo es símbolo de paz, y eso coincide con otro aspecto que es muy notorio en Rocío, su voluntad de aportar en la paz para esta parte del mundo.

No cualquiera pasa de ser cónsul en Palestina a ser cónsul en Israel, y cumple con corrección su función en ambos sitios, un desafío diplomático de cuantía mayor, donde Rocío ha brillado en su joven, pero habilidosa performance diplomática. Honesta, analítica, dice lo que piensa, aún cuando exista un riesgo en ello, es fiel a los principios que ella misma y el goberno de Chile representan. La honestidad se aprecia, y es otra razón más para ser doblemente reconocida

La cónsul vuelve a Chile en enero y correspondía hacer esta ceremonia en el momento más adecuado, que nos pareció debía ser cercano a las Fiestas Patrias, de una forma íntima, juntos a la directiva de la CCHIL. algunos miembros y un par de invitados de comunidad latina y por supuesto sus colegas, el Embajador Jorge Carvajal, y el Jefe de Cancillería, Claudio Rojas , quien también fue sujeto de nuestro reconocimiento por su excelente trabajo.

El Lugar elegido fue también simbólico, el restaurante Samir , en al ciudad de Ramla, que ha sido por años socio estratégido de la CCHIL en nuestro trabajo de recibir delegaciones de políticos y grupos de jóvenes chilenos en Israel. Fuera de la belleza arquitectónica  y agrado de estar en un edificio histórico de más de 700 años de antiguedad.

Querida cónsul Rocío, digna sucesora de nuestras amigas y socias de honor, ex cónsules,  Andrea Quezada y Solange Dufourcq, te deseamos lo mejor para el futuro y que sigas representando a Chile por el mundo con ese profesionalismo, con esa inteligencia, pero por sobre todo con esa pasión y esa honestidad que son virtudes necesarias e imprescindibles en estos tiempos difíciles.

Be hatlzajá rabá.

Hernán López, Director ejecutivo de la CCHIL