Por Hernán López – Director Ejecutivo de la Comunidad Chilena de Israel

La tarde del sábado 20 de febrero del 2019 un grupo de turistas israelíes, gente de la tercera edad, paseaban tranquilos embarcados en un zodiac , por las cercanías de Puerto Toro, en el Glaciar Serrano, entre los Parques Nacionales Torres del Paine y Bernardo O’ higgins, región de Magallanes, Chile.

Hagit (nieta de Miriam) y Cony
Repentinamente el piloto pierde el control de la nave , choca con una roca, vuelca y se estrellan contra la costa, dos mujeres morirían de forma inmediata , una decena de lesionados, cuatro de ellos de gravedad.
Los heridos de gravedad son trasladados a un Hospital de Punta Arenas en helicóptero. Los cuerpos inertes de dos mujeres y una decena de lesionados a Puerto Natales.
Carabineros, la Armada y la PDI tratan de dilucidar las razones del accidente.
La noticia llega a Israel con rapidez , pero las informaciones son confusas. Jackie Esquenazi me llama a nombre de la familia Blumenkans, un contacto entre chilenos, a ver si puedo hacer algo. Inmediatamente contactamos a Constanza Diani, una miembro de la Comunidad Chilena de Israel que vivió un par de años en el Templo Ba hai de Haifa y ahora estaba de regreso a su tierra natal Magallanez.

Cony partió de inmediato al hospital y usó sus contactos y empatía para entrar donde nadie mas podía y constatar que la señora Miriam estaba estable, policontusa, adolorida y asustada, pero estable.

Cony le conversó y le compró de su bolsillo algunas cosas que necesitaba.
Ella misma consigió un contacto telefónico entre la señora Miriam y su familia, lo que devolvió un poco de tranquilidad a sus hijas.
Mientras tanto otros heridos fueron llegando, nadie sabía quienes eran, pero eran los israelíes.
Otros chilenos se unieron a la red de ayuda Jennie Jeison consiguiendo información para las familias, Shmuel Schacher y Simon Kaufman del grupo de Hatzala.
El cónsul de Israel ya llega a la zona.
Otro contacto me avisa que Aviv Buton , pide información en las redes sobre su padre accidentado. Cony averigua su paradero y su estado, y la información fluye por las redes paralelas de los chileno israelíes. La gente de esa zona habla muy poco inglés y por supuesto nada de hebreo. Cony permite la comunicación imprescidible.
Pero Cony no está en el hospital sólo por los israelíes, su propia abuela está hospitalizada , pasando las últimas horas de una larga enfermedad.
De a poco fueron llegando las familias y Cony fue recibiéndolos y ayudando a cada uno.
En esa secreta geometría de la vida , los primeros repatriados israelíes salieron el día que la abuela de Cony dejó este mundo.
La fe de los Bahai los conmina a amar a todos los seres vivos.
En medio de esta terrible tragedia, chilenos e israelíes se unieron en la desgracia, gente que nunca antes se había visto, sin ningún nexo, que no fuera el ser simplemente humanos.
Quizás la oración de despedida de Cony a su abuiela sea también una tfilá apropiada para las tres almas que dejaron sus cuerpos en Magallanes.
Por allá lejos , el el fin del mundo, el Finis Terrae, en uno de los lugares más bellos del planeta resonó la voz de Cony.
“Permite, oh mi Señor, que aquellos que han ascendido hacia Ti puedan dirigirse a Aquel quien es el más Exaltado Compañero y puedan habitar a la sombra del tabernáculo de tu majestad y el santuario de tu gloria. Rocía sobre ellos, oh mi Señor, del océano de tu perdón, aquello que los haga dignos de habitar, tanto tiempo como dure tu soberanía, dentro de tu muy exaltado reino y tu altísimo dominio.”
Amén