Crédito: “Autoretrato” de Edna Friedman

Israel vive el momento más crítico de su historia reciente y quizás el más crítico de toda su historia, el peligro existencial fue el 7 de octubre real y lo es también hoy. Explicar esto es un desafío que complica a especialistas, militares, políticos y académicos, complica porque estamos aún dentro de la guerra, es como tratar de describir como fue un accidente de auto , cuando aún estás dentro del auto.

Pero la hasbará israelí en español necesitaba generar una narrativa y los operadores gubernamentales y privados que la administran la generaron, lo mejor que pudieron. Trataron y tratan de explicar al mundo los horrores que cometió Hamás en su invasión a Israel y los que comete contra los secuestrados. Ese es su pilar central, el testimonio.

Un modelo muy similar al que se usa para explicar la Shoá, porque en el inconsciente colectivo, el 7 de Octubre fue una extensión de la Shoá.

Y lo que a nivel emocional es comprensible y a días de la masacre era justificable, a cuatro meses de la masacre lo son menos

Han vuelto a Kfar aza un lugar de peregrinación, casi de turismo, acercándose mucho a la banalización del horror. Cuando ves una y otra vez las mismas imágenes de la casa destruida, que ya no tiene cuerpos de muertos ni escombros, lo que ocurre en la audiencia no es exactamente revelador, sino más bien al contrario le quita potencia. Si repites una y otra vez la misma imagen estática provocas desinterés no interés.

Si a eso le sumas un contexto en el que Israel ha convertido a tres cuartos de la Franja de Gaza en un estacionamiento que ha costado miles de vidas de terroristas y no terroristas gazatíes y las de cientos de soldados y civiles israelíes, quizás hasta un par de miles, cifra que hasta cuesta pronunciar en voz alta. La misma imagen no tiene el mismo significado, la audiencia no la lee de la misma forma. La justa reacción de un inicio, es menos justa ante la vastedad de la venganza.

A todo esto hay que sumarle que la conclusión a que te lleva la hasbará en español es desesperanzadora, cuando se relativiza la solución de dos estados, cuando se plantea de facto la ocupación temporal de Gaza y se legitima la ocupación de los colonos, en vista de los hechos del 7 de Octubre, te quedas sin política de estado. Israel queda sin futuro político, solo con una estrategia militar a corto plazo.

Ninguna hasbará puede sostenerse sin una política de estado detrás que implique una solución del conflicto árabe israelí. Y hoy no la tenemos.

Traemos grupo tras grupo de periodistas, políticos y activistas para contar nuestra historia, lo que esta muy bien, pero no es suficiente. Todas estas personas necesitan volver a sus países de orígenes con un mensaje de futuro, y eso aun no lo tenemos.

Quizás por eso, nuevamente, perdemos la guerra mediática, porque nuestro mensaje no es redondo, no tiene un final feliz, no tiene ni si quiera un final. No liberamos a los secuestrados, no matamos al villano Sinwar, no desmantelamos Hamas, no devolvemos la democracia a los palestinos, no traemos paz.

Nuestra narrativa no tiene puerto y esa es una piedra con la que tropezamos una y otra vez, lamentablemente.

 

Hernán López