Israel es considerado el país start up del mundo, con una razón de inversión en I + D (Investigación y desarrollo) por sobre el 4% del PIB nacional. Con incubadoras de empresas, valles digitales, universidades de primera línea y todo un sistema ecológico para el desarrollo tecnológico.
Algunos de los inventos israelíes más conocidos en el mundo son: Disk on Key – el primer USB del mundo, Waze, Rewalk (exoesqueletos), Watergen (producción de agua del aire) , Mobileye que con inteligencia artificial evita los choques de automóviles, Firewall (protección de malware), SniffPhone que es un dispositivo para “oler” enfermedades; o si nos remontamos una décadas atrás con ICQ que fue el primer Messenger global del mundo.
¿Cómo esto se siente en el día a día? Es una pregunta difícil de responder, porque no es sólo el escuchar que un amigo se ha hecho millonario al pertenecer a una empresa que se ha vendido a Google o Apple, sino más bien en encuentros casuales. Como en el caso que al pasear a mi perro me encuentro con otros dueños de animales que trabajan en emprendimientos para nuevos remedios para el cáncer o un abogado de patentes que tramita los permisos para la identificación personal a través de los latidos del corazón (que son únicos en cada humano, como las huellas dactilares) o conversaciones sobre el cultivo de pechugas de pollo y la impresión de filetes de ternera por parte de un vecino.
Destacaremos algunas variables que permiten a Israel ser el país con mayor cantidad de Start Ups per cápita del mundo ( 1 start up por 1400 habitantes):
Recursos Humanos: Una población altamente educada, con un alto nivel de creatividad y de ejecución. En muchos casos políglota y con un alto nivel de inglés (El inglés es de especial relevancia, ya que permite la relocalización de personal). La participación del ejército permite el adiestramiento en liderazgo, gestión de recursos, toma de riesgos, etc. A muy temprana edad.
Geografía: Al ser un país pequeño, con prácticamente el 80% de la población a 1 hora del aeropuerto, permite una conexión con el mundo privilegiada. Además, dado el alto nivel de inmigración que tiene el país y que esta provenga de todas partes del mundo, crea un clima único para la convergencia de ideas. A modo de ejemplo, si se necesita un australiano que sepa de producción de mineral de hierro para que trabaje con un chileno que sepa de producción de cobre, en Israel es más fácil lograr esta convergencia, dado a que existe inmigración australiana y chilena; y posiblemente ellos no vivan a más de 1 hora de distancia.
Eco sistema: Esta es una de las cualidades intangibles, pero determinante. El eco sistema significa que existe un ciclo: Se crea una start up, se desarrolla, se vende, y con esos recursos se crea una nueva start up. En otras partes del mundo se sueña con el Exit (venta o capitalización de start up) y “se va a vivir a la playa”. Israel ya tiene playa y los incentivos están dados para la reinversión. Hay una cierta competencia en la cantidad de “Exits” que se tiene que realizar.
Ahora, si vemos la realidad chilena, vemos que existen diferencias dramáticas, pero en otras áreas no. Chile desde ya hace años que está recibiendo una fuerte oleada de inmigración que debiera ayudar a la convergencia de ideas. Hay un déficit en educación y cultura para poder crear un ecosistema de innovación (el famoso ciclo del párrafo anterior). Sin embargo, a mí entender, existe un limitante determinante que es el bajo nivel de inglés en la población. Eso impide la relocalización de personal (un ejecutivo de Apple que no sepa español no puede ir a un supermercado en Chile – le sería muy difícil) y con eso la convergencia de ideas. En contra parte podemos tomar a Miami que se está convirtiendo en la capital de Latinoamérica dado a que es el punto de convergencia de ideas máximo en Latinoamérica y es bilingüe.
Daniel Weinstein
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